Todas estas características, crean un beneficio mayor que es el de conseguir un entorno radicular confortable, para que tengas
unas plantas sanas y unas cosechas abundantes.
Terminada la cosecha, se recomienda limpiarlas solo con agua y secar bien antes de apilarlas, para que no creen hongos o humedad.
Esto te permitirá reutilizarlas en varios cultivos más.